Los cambios drásticos de que nos da la vida
Todo empezó una cálida mañana de el verano con la yo y mis amigos estábamos en el parque jugando cuando mi tía Catalina, ella era de Vinallop y siempre me venia a recoger para irnos a su casa que tenia piscina, ella vino a buscarme par llevarme a su casa. De golpe salio un camión de el callejón y nos dio por detrás, tenia mis piernas aplastadas por el asiento de delante, me dolía muchísimo, llamaba a mi tía y no me respondía, empecé a gritar pidiendo ayuda. Una mujer llamó al hospital y a los bomberos para que nos pudieran sacar con más facilidad.
Cuando llegaron yo estaba inconsciente y cuando me desperté estaba en una habitación de el hospital, era muy luminosa, amplia, había una televisor que debía medir unos 70cm, una puerta que de seguro debía ser la del “WC”, había una tabla redondita y a su alrededor dos sillas azules , una cama donde yo estaba tendida, un sofá muy largo y de color azul iba a conjunto de las sillas, una tabla pequeña a la altura de la cama para poder comer y una lampara enorme que colgaba de el techo el techo era rosa “barbie”.
De pronto entro una enfermera rubia con los ojos azules y vestida de blanco vio que yo ya había despertado y fue deprisa a decirle al medico y a mis padres que había despertado, no tardaron a venir a verme. Mi madre toda ilusionada no me paraba de darme besos y de achuchar-me, de pronto entro el medico y les dijo a todos que se tenían que retirar de la habitación para poder revisarme bien. El medico no para de hacerme preguntas, luego mandó a llamar a mis padres, cuando entraron les dijo que estaba bien pero había un problema que a partir de la cintura hacia abajo no respondía pero había posibilidades de que me podría recuperar pero no seria fácil, serian muchas horas de esfuerzo y jamas me tenia que rendir por más duro que pudiera ser. Yo tenia miedo, mucho miedo, pero si quería volver andar tenia que hacer todo lo que me decía el medico.
Les pregunte por mi tía Catalina, porque aquí todo el mundo no paraba de hablar y hablar de mi, pero a mi tía Catalina nadie la nombraba. Mi madre me dijo que estuviera tranquila, que me relajara y que durmiera, pero yo quería saber que había pasado con mi tía Catalina, entonces me dijo que solamente se había roto una costilla, una pierna y tenia muchos moratones por el cuerpo, pero ya había despertado hace horas y estaba bien, que cuando pudiese me vendría a ver.
Tenia
tantas ganas de salir de ese hospital, cogía la silla de ruedas que
me prestaron allí al hospital y me iba a dar vueltas por el
hospital, así ya practicada para cuando tenia que ir por fuera.
Hice
muchas amistades por allí, lo que ellas se recuperaban muy deprisa.
Siempre cuando se iban venían a despedir-se y aveces me regalaban
cosas. Hubo una vez que me regalaron un peluche, otra una libreta de
recortes de nosotros yendo por el hospital, otra ropa, otra libretas
y bolígrafos (de colores), etc. los quería mucho. Allí se podía
decir que todos eran como mi familia de el hospital porque los
conocía a todos, y eran como mis amigos, mis mejores amigos.
Incluso
cuando mi tía Catalina le dieron el alta también me regalo un
regalo, era un osito de peluche, pero era enorme y a la barriga
estaba escrito nuestro nombre con mi color preferido, el rojo,
llevaba un lazo azul clarito que me gustaba mucho. Cuando me lo dio y
me vio con la silla de ruedas se puso a llorar porque creía que todo
lo que me paso, mejor dicho lo que nos pasos era todo culpa suya,
cuando en realidad era culpa de el camionero que por cierto, el no se
izo nada, solo un golpe en la cabeza.
Al
principio me volví loca y pensé que jamas volvería a andar ni a
correr ni hacer nada de nada con las piernas, que seria un estorbo en
la vida de los demás, pero mi mejor amiga siempre me decía lo mismo
que dejara de pensar eso que no me estaba sentando nada bien porque
me estaba desanimando y lo que necesitaba eran muchos ánimos y tenia
que poner mucho empeño, muchas fuerzas y muchas ganas para que
volviera a andar y jugar tal y como hacia siempre con ella.
Para
tranquilizarme fui a una librería a buscar información, o algún
libro que hable sobre gente con la misma discapacidad que sufría yo.
Encontré muchos libros, algunos antiguos y algunos que hacia poco
que habían salido hacia muy poco; empece por el más antiguo y
decía: que las personas que presentaban algún tipo de déficit eran
rechazadas, y entonces me imagine por un instante que me podía pasar
lo mismo a mi y la verdad esa idea me dio tanto miedo que pase unos
días más malos.Pero entonces llegaron los días de rehabilitación para poder caminar y eso me relajo bastante, allí conocí a mucha gente que tenia cosa parecidas, solo había otro niño que tenia lo mismo que yo, la demás gente solo se había roto o el brazo o una pierna o algún hueso.
Un día fui con mis padres a hacer la compra, tuve unos cuantos problemas, ya que no tenían ninguna rampa para poder entrar, tampoco los pasadizos eran lo suficiente amplios, solamente habían dos “WC” uno de hombre y otro de mujer, pero para la gente con sillas de ruedas, en resumen, este supermercado no estaba preparado para la gente con sillas de ruedas a diferencia de hoy que a casi todos los sitios hay zonas para las personas con sillas de ruedas.
Luego me convencieron para ir de paseo, me sentía un poco extraña sobretodo cuando la gente no me quitaba la mirada de encima y había mucha gente que decían
Pasaron tres años y un día me dije voy a probar haber si con tanto esfuerzo con la rehabilitación puedo andar ni que sea unos pasitos, llame a mi madre para que me ayudara por si me caía. Me levante de la silla moví un pie y luego el otro y pude caminar seis pasos, estaba tan contenta que no me lo podía ni creer, estaba llorando de la alegría, por fin al cabo de tres años y poco más ya podía caminar y eso era el mejor que me podía llegar a pasar, y mi madre también lloraba conmigo.
Iban pasando los meses y cada vez caminaba más y más, tenia más fuerza en los músculos de las pierna, jamás deje de ir a rehabilitación porque si un día no iba, todos mis esfuerzos se iban al garete .
Fueron
unos años de mucho esfuerzo, de ver a muchos médicos, de ir en
silla de ruedas, de ver como la gente te mira diferente, de como tu
te sientes antes de ir en silla de rueda, yendo con la silla y
después. Ha sido una experiencia que la verdad no la recomiendo a
nadie, es muy feo desear que te pase eso porque sufres, yo gracias al
apoyo de todos lo que me rodean si no, no os aseguro que estuviera
así de contenta y feliz.
Al
cabo de 19 de ese maldito accidente, que mi tía no tenia la culpa de
nada, era ese maldito camionero que nos dio por detrás muy fuerte,
pero lo más importante ahora es que ya puedo andar como una persona
normal, si que es verdad que aun voy al medico pero eso es lo de
menos. Esa experiencia me marco la vida, y ahora se que todos somos
iguales, pero hay gente que tiene más dificultades que otras y todo
a de estar al alcance de todos sean altos, bajos, ciegos, sordos,
in-balidos, etc. porque somos personas de carne y hueso, todos;
respiramos el mismo aire, vivimos en el planeta tierra y tenemos los
mismos derechos, seamos quienes seamos.Mi familia siempre me ha apoyado en todo, siempre estaba allí, siempre. Durante todo este tiempo supe lo que era sufrir y a partir de ahora ayudare a toda la gente que le haga falta.
Les voy a agradecer toda la vida todo lo que han echo por mi, eso, no tiene precio. Hoy se quien esta conmigo por que le conviene o porque me quiere de verdad.
Yo soy rica, que digo rica multi-millonaria, no por la parte económica sino por la parte que tengo muchísima gente que me quiere y yo a ellos también los quiero muchísimo.
Recuerdo a mi silla de ruedas; era roja como mi color preferido con las ruedas negras, allí pase casi toda mi infancia y tosa mi adolescencia. Se podría decir que pase una vida entera allí junto a ella, las dos mano a mano, con muchas dificultades por delante pero nosotras las superábamos siempre.
Aun la tengo guardada en el garaje, por que en parte es parte de mi vida, mejor dicho, ha formado parte de mi vida durante muchísimos años, y no me puedo desprender de ella asi por que si.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada