dimarts, 18 d’octubre del 2011

 En cuanto bajé por las escaleras y vi que ya no estabas, las esperanzas se rompieron como las olas del mar en las rocas. Creía que nada podría sacarme de aquel momento de desesperación, me lo había jugado todo a un instante, el resto de mi vida cayó del hilo que la sostenía. De repente, un susurro inquietante rompió aquel amargo silencio. Reconocería ese sonido; esa forma de colocar los labios (la cual me pone nerviosa) en cualquier lugar del mundo. Sola había una forma de hacer desaparecer ese ruido, besándote...

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada